1960 - 1970

Los años 60 representan los inicios de la carrera de Mirtha Dermisache con la aparición de un grafismo aleatorio, suelto, con reminiscencias de garabato y mayormente en marcador de colores sobre papel. Con esta impronta, aparece la posibilidad de una organización de estos trabajos en el formato de libro. Estos llevarán de título números continuos por cada año de producción.

1970 - 1980

Los años 70 enmarcan una etapa de consolidación de una imagen para Mirtha Dermisache. Los grafismos se fortalecen como estética propia, se los considera “escritura” y estos se organizan en nuevos formatos como Textos, Cartas, Fragmentos de Historia, entre otros.
En esta época crea y publica el Diario I, una obra que en tanto periódico pretende en su edición de varios ejemplares llegar a un público masivo; al mismo tiempo continúa escribiendo libros, realiza sus primeras ediciones en este formato y sus obras se presentan en exposiciones internacionales. También es la década en la que inicia los Talleres públicos, del color y de la forma, una propuesta pedagógica de producción colectiva y aprendizaje de técnicas de las artes visuales.

1980 - 1990

Los años 80 representan un impasse en la tarea de Mirtha Dermisache. Una década sin producción pero centrada en la enseñanza como formación libre y de exploración. En los primeros años dicta sus últimos Talleres públicos, y en adelante dictará clases en su estudio de la calle Posadas. Continúan las exhibiciones colectivas y las ediciones en Europa.

1990 - 2000

Los años 90 marcan el regreso a la producción de Mirtha Dermisache. Una revisión centrada en sus trabajos de los años setenta, en sus grafismos y propuestas, junto a una nueva experimentación en materiales, técnicas y soportes. Entre las obras de este período, además de retomar los Textos y los Libros, se destacan las Lecturas públicas, los Tarjetones, y otros formatos de variadas dimensiones en los que sus grafismos se modifican y adaptan a diversas “situaciones de lectura”.

2000 - 2012

Luego de años de proyectos en la escena artística europea, la primera década de los 2000 representa el reconocimiento de la obra de Mirtha Dermisache en el ámbito local. Son los años de sus exhibiciones individuales en Buenos Aires, y de las colectivas en el exterior. Sus obras ingresan en las colecciones de museos nacionales e internacionales. A sus series realizadas en los formatos ya conocidos se suman Reportajes y Newsletters, entre otras innovaciones. Mirtha supervisa nuevas ediciones en Argentina y Francia, y su obra se “multiplica”, como era su mayor deseo.